martes, 20 de marzo de 2012

Senex


El Viejo sabio, Anciano sabio, o Senex, que en latín significa hombre viejo, es un arquetipo de lo Inconsciente colectivo descrito por Carl Gustav Jung. También denominado el Arquetipo del anciano o Arquetipo del sentido. Es a su vez un clásico de la figura literaria, y puede considerarse como un personaje tipo.


En la Psicología analítica de Carl Gustav Jung ejemplos del arquetipo Senex en su forma positiva incluyen al Viejo sabio o a la figura del Mago.

El senex, ha envejecido gentilmente. Su sabiduría no solo se ha incrementado en conocimiento y juicio, sino que ha sabido reconocer que la juventud ha asumido el papel del héroe, y que su posición ha cambiado a una de mentor.


Pero como todo arquetipo incluye su polaridad, éste puede aparecer también en su forma negativa como un padre devorador, ejemplificado en la Mitología griega a través de Urano, o Crono, o también puede aparecer como la típica figura de un viejo estúpido.


El arquetipo antitético, u opuesto enantiodrómico, del Senex es el Puer aeternus.

Hermes


En la mitología griega Hermes (en griego antiguo Έρμῆς) es el dios olímpico mensajero, de las fronteras y los viajeros que las cruzan, de los pastores y las vacadas, de los oradores y el ingenio, de los literatos y poetas, del atletismo, de los pesos y medidas, de los inventos y el comercio en general, de la astucia de los ladrones y los mentirosos. Hijo de Zeus y la pléyade Maya.

El himno homérico a Hermes lo invoca como el «de multiforme ingenio (polytropos), de astutos pensamientos, ladrón, cuatrero de bueyes, jefe de los sueños, espía nocturno, guardián de las puertas, que muy pronto habría de hacer alarde de gloriosas hazañas ante los inmortales dioses.


(Hermes siente el cuerpo sagrado y la psique sagrada. Hermes es el criterio de realidad, lo externo más lo interno, la negociación entre ambos aspectos. Hermes es darse cuenta de: lo emocional, lo económico, del cuerpo relacionado con la vejez)

Jano


Hijo de Urano y de Hécate. Se le representa con dos rostros, el anterior para indicar que conoce todo lo que ha de venir, y el posterior todo lo que ha sucedido. Además tiene una llave en una mano y un bastón en la otra, significando lo primero que abre la puerta del año, razón
por la que los romanos le consagraban el mes de enero, que llamaban «Januarius», y lo segundo que preside los caminos.
Comenzaban los antiguos romanos sus ceremonias religiosas invocando a Jano, porque tenían la creencia de que presidía todas las puertas, todas las entradas y que no se podía llegar sin él hasta donde están los demás dioses.

No tiene equivalente en la mitología griega.