martes, 6 de noviembre de 2012

El vagabundo/El loco





El loco es el vagabundo, el que se va con los ojos en la lejanía. Junto con la Muerte (XIII) en el Tarot son los únicos personajes que están verdaderamente en marcha. El Loco tiene un extraño tocado amarillo, con un disco rojo en la extremidad trasera. Este punto rojo, ¿simboliza la última chispa de espíritu que le queda, su última riqueza, o no es más que un recuerdo del denario amarillo de igual dimensión que estaba en la mano del Prestidigitador, su primera riqueza? Ese Loco, que se aleja de nosotros llevando sobre los hombros en la punta de un palo blanco nudoso una suerte de bolsa que tiene un aire aplastado y vacío, es indiferente al gato que ha desgarrado sus zapatos y araña lo alto de su pierna derecha puesta al desnudo. Fardel, gato y pierna, manos y rostro tienen el mismo color carne y simbolizan, en cierto modo , el peso humano del Loco, los sentimientos, las ideas, los apremios, las riquezas, conscientes u oscuras que podrían retenerlo. También se puede uno preguntar si no es todo lo que ha acumulado tras de sí lo que justamente lo ahuyenta y hace escapar. Ciertamente lo que se lleva es bien escaso, pero lo ha escogido… ¿el Loco no simboliza en verdad algo más que un loco? … el Loco sugiere que hay otra vía, que es necesario buscar aún, que todo lo que hemos creído encontrar, adquirir o construir no es carga en su fardel. Para este viajero errante nada es fijo, nada está adquirido; …nos recuerda que subsiste siempre en nosotros una parte que se burla de las reglas y que, incluso de llegar a creer haberlas encontrado, nunca acabamos de andar y buscar. No tiene lugar determinado en el orden de los arcanos mayores, lo que puede afectarlos a todos… Simboliza así tanto lo irracional inherente a todo ser, confundido a menudo con lo inconsciente, como la sabiduría suprema de aquel que, al término de una larga búsqueda, por último ha aprendido en la luz de su conciencia que “parecer estar loco es el secreto de los sabios” (Esquilo)
 
(Tomado del “Diccionario de los Símbolos” de Jean Chevalier y Alain Gheerbrant. Ed. Herder, 1999)